Inaugurada en un dia en el que numerosas celebridades, incluido el propio embajador Ahn Hyo-seop, demostraron su estilo propio vistiendo un polo Lacoste, este pop-up rindió homensaje al icónico tricolor. Inventado en 1933 por René Lacoste, el polo encontró en Seúl un nuevo mercado que conecta la elegancia francesa con la capital coreana. ¿Qué se podía encontrar tras la fachada vintage de la pop-up Lacoste 1933? Exhibiciones, polos y souvenirs.

La primera planta, un magnífico espacio de exposición, recorría la historia de René Lacoste. También se exponían polos de los archivos de Troyes, así como numerosos bocetos del cocodrilo Lacoste y otros tantos logotipos que han resistido el paso del tiempo. En ""Lacoste Heritage"" también se exhibían películas sobre la historia de Lacoste, así como polos de las distintas colaboraciones de la marca.

En esta planta se presentó la obra de la artista Kim-Eun-ha. Inspirándose en el icónico cocodrilo, utilizó artículos Lacoste no vendidos para crear su propia versión del reptil en forma de obras de arte.

Con el objetivo de anclar la elegancia original de la marca en el mundo actual, la segunda planta fue el lugar de encuentro de todos los amantes del polo. Desde el L.12.12 Original hasta el polo más de moda, todos se presentaron en un espacio para entusiastas. Los polos vintage se codeaban con los nuevos modelos y, en un guiño a 1933, se invitaba a los visitantes a sumergirse en la cultura francesa de la época a través de una estación de postales vintage, una librería que vendía libros de arte francés, un espacio musical y un fotomatón.

Lacoste 1933 fue también una oportunidad para disfrutar de experiencias exclusivas. En su terraza exterior, Le Café Lacoste ofrecía comida con los colores del cocodrilo, mientras que Le Jardin Lacoste ofrecía diferentes ramos de flores con los colores más famosos del polo.